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Aunque cada vez se hable más de economía circular, parece que el mundo es cada vez menos circular. No es una buena noticia, sobre todo si tenemos en cuenta el aumento de nuestro consumo. La buena noticia es que hay algunos ámbitos políticos clave que pueden marcar la diferencia.

Piénsalo así: tenemos que pasar de un sistema de « coger, hacer y tirar» a otro en el que reutilicemos y reparemos las cosas. El Informe 2024 sobre la Brecha de Circularidad insiste en que necesitamos una actuación decidida de los responsables políticos para lograrlo. Esto es lo que sugieren:

  • En primer lugar, necesitamos normas medioambientales más estrictas para los productos. Esto significa hacer cosas que duren, que se puedan reparar y que sean más fáciles de reciclar. También significa dejar de destruir los productos no vendidos, como ha hecho Amazon. La UE incluso va a prohibir la destrucción de la ropa no vendida de las grandes empresas a partir de 2025, lo cual es un buen comienzo.

  • A continuación, se trata de facilitar a los consumidores la toma de decisiones acertadas. Necesitamos «puntuaciones» medioambientales de los productos para saber qué es sostenible y qué no. Hay muchas etiquetas confusas, por lo que un sistema unificado como el Pasaporte Digital de Productos de la UE sería muy útil y aportaría transparencia sobre la procedencia de un producto y lo que ocurre con él cuando ya no es útil.

  • Otra cuestión importante es tomar en serio los materiales reciclados. Son mejores para el medio ambiente que los nuevos, pero deben estar certificados para que la gente confíe en ellos. Esto puede fomentar el uso de materiales reciclados, por ejemplo, en el sector de la construcción.

  • Luego está el movimiento «Derecho a la reparación». Todos sabemos lo frustrante que es que un producto se rompa y no puedas arreglarlo. Por eso necesitamos leyes que faciliten la reparación de las cosas en vez de tener que comprar siempre otras nuevas. La UE está elaborando una directiva en este sentido.

  • También tenemos que responsabilizar a los productores del final de la vida útil de sus productos. Esto se llama Responsabilidad Ampliada del Productor, o RAP. La idea es incentivar a las empresas para que fabriquen productos duraderos y reciclables.

  • Por último, las políticas fiscales pueden desempeñar un papel importante. Deberíamos abaratar la reparación de las cosas y comprar productos reciclados, al tiempo que gravamos las cosas que son perjudiciales para el planeta. Algunos países ya han empezado a reducir los impuestos sobre las reparaciones, lo cual es un paso en la buena dirección.

IEs importante recordar que estas medidas políticas son solo una parte del rompecabezas. También necesitamos que fluya el dinero a los lugares adecuados y personas con las capacidades adecuadas para hacer realidad esta economía circular. Hará falta que todos trabajemos juntos para lograr un cambio real.

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